Tener el coche limpio y en buen estado es importante. Podemos tener nuestro coche como nuevo durante años, siempre y cuando tratemos de mimarle por dentro y por fuera.
No basta con pasar las revisiones pertinentes sino que también debemos lavar nuestro automóvil de forma periódica para mantener en
perfecto estado la pintura y el interior.
En primer lugar debemos lavar nuestro vehículo cada dos o tres semanas para que la
pintura del vehículo aguante el máximo tiempo posible. Además, será mucho mejor lavar nuestro coche en un lugar donde no le de directamente la luz solar, ya que secará
rápidamente las gotas de agua dejando posteriormente manchas en la pintura.
También, es aconsejable utilizar pistolas de agua a presión en vez de las clásicas mangueras. No solo nos ayudará a quitar mejor la suciedad sino que ahorraremos agua. Otra herramienta a tener en cuenta son las esponjas, que no hace falta decir, que deben ser siempre suaves, para
no rayar la pintura. Y por último, para un acabado perfecto es recomendable pasar una toalla
de microfibras por toda la carrocería para eliminar así, cualquier marca.
En la limpieza interna, debemos utilizar el aspirador para quitar el polvo de los asientos, alfombrillas y demás recovecos. Y posteriormente, con un trapo húmedo limpiar los tapizados del vehículo. Una de las cosas que más quebraderos de cabeza nos da en la limpieza del coche son los cristales. El truco para que queden como recién salidos de fábrica es limpiarlos con limpiacristales y un trapo, y después secarlos con papel de periódico.
Pero si aún se quiere un acabado más perfecto, podemos pulir nuestra carrocería cada seis meses con una pulidora.
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