El mantenimiento preventivo del vehículo es factor esencial para poder garantizar la seguridad.
Driver ofrece un listado de consejos útiles poder garantizar la seguridad durante la conducción del vehículo.
Los neumáticos:
Los neumáticos son el único elemento de unión entre el vehículo y la carretera, y, sorprendentemente, es raro que la mayoría de conductores no lo tenga en cuenta.
Hoy en día es de vital importancia conocer los neumáticos para obtener el máximo nivel de seguridad y sacarles el mejor rendimiento. A los neumáticos se les exige tres grandes funciones:
· Mantener la carga
· Transmitir potencia motriz y de frenado
· Garantizar la estabilidad de conducción
Con el uso, es necesario que el neumático se encuentre en perfecto estado y que su presión de inflado sea la correcta. Una presión incorrecta en los neumáticos puede provocar un desgaste prematuro de los neumáticos y originar situaciones peligrosas en la conducción.
El desgaste repercute en su capacidad de agarre haciendo necesario controlar la profundidad de la superficie de rodadura. En caso de observar cualquier deterioro, es imprescindible sustituirlo con la mayor brevedad y, de paso, comprobar la correcta alineación de la dirección.
Para garantizar la seguridad en la conducción, el cumplimiento de sus prestaciones y la duración de los neumáticos, no sólo es necesario hacer un buen uso y un buen mantenimiento de ellos, sino también realizar una correcta elección en el momento de la compra. Hay que tener en cuenta que, en la mayoría de ocasiones una baja inversión en los neumáticos supone una mayor inversión en el mantenimiento de los mismos.
Los frenos:
El sistema de frenos es uno de los principales sistemas de su vehículo. Se basa en un conjunto de elementos de fricción compuesto por las pastillas de freno y los denominados discos de freno o zapatas en el caso de que el coche no disponga de frenos de disco a las cuatro ruedas.
Al frenar las pastillas de freno rozan con los discos y de este modo disminuye la velocidad de giro. La revisión de los frenos es algo imprescindible para nuestra seguridad y debe hacerse como mínimo una vez al año.
Suspensión:
Los amortiguadores y los muelles son los responsables de la estabilidad del vehículo y pueden influir en la dirección y en la distancia de frenado.
Con el paso de los kilómetros, el conjunto formado por los amortiguadores y los muelles va perdiendo su capacidad de absorción, lo que repercute negativamente en la estabilidad del vehículo y en el confort de la marcha. Se recomienda el reemplazar los cuatro amortiguadores a la vez para que lleven todos siempre el mismo kilometraje.
Aceite:
El motor de un vehículo es el elemento principal sometido a grandes esfuerzos de desgaste de piezas y rozamientos entre las mismas. Para que este desgaste sea el mínimo posible es necesario un lubricante que actúe como líquido refrigerante y que además pueda ser utilizado en todas las condiciones de funcionamiento.
El cambio del aceite en el coche hace que se refrigere el motor, dado que un aceite con muchos kilómetros pierde sus cualidades lo que origina mayores rozamientos internos en el motor y, por tanto, mayor consumo.
Filtro de aceite:
En el motor se encuentra un filtro especial cuya misión es retener las impurezas y partículas resultantes del cambio de temperatura que sufre el aceite, así como el mismo desgaste del motor. Con los kilómetros este filtro, que limpia el aceite mientras el motor está en marcha, pierde su eficacia haciendo necesario su cambio.
Filtro de aire y combustible:
En el interior del motor se produce una mezcla entre aire y gasolina, ambos elementos alcanzando el equilibrio perfecto entre uno y otro. Para limpiar el aire proveniente del exterior el coche dispone del denominado filtro del aire, elemento que se ha de cambiar periódicamente.
El denominado filtro de gasolina es el encargado de eliminar todas las partículas que no sean convenientes para el motor antes de entrar en el mismo.
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